jueves, 10 de marzo de 2016

La Semana Santa en el recuerdo

Incienso, varales, flores y tambores se vuelven imprescindibles acompañantes de la Semana Santa en cada pueblo de España. Esta celebración en Roqietas adquiere sus matices propios, caracterizada por su modesto recorrido y su dispersión en las distintas barriadas, pero a la vez por una notable variedad que convierten a nuestro municipio en un pequeño mosaico de las distintas formas de sentir estas fechas.

De lo que sí carece Roquetas es de imágenes anteriores a la Guerra Civil, pues al igual que ocurrió en tantos otros pueblos de España, era frecuente la quema de tallas religiosas por parte de los sectores más radicales. Conscientes de ello, los vecinos más devotos decidieron protegerlas en sus propias casas. Sin embargo, un chivatazo puso en conocimiento de estos grupos el paradero de las imágenes, permitiendo que fueran requisadas. Su destino fue el de tantas otras: el fuego. En este caso, fueron quemadas definitivamente en la actual Plaza de los Tres Mártires, frente a la jefatura de la policía local, provocando así una de las muchas pérdidas de patrimonio artístico de este oscuro periodo de la historia española.

Se iniciaría después, tras la implantación de la dictadura franquista, un proceso de reposición de las distintas imágenes. Una de las primeras en llegar fue la Virgen del Rosario, patrona de Roquetas desde 1797, donada en 1940 por Manuel Martín Amat; se trataba de un afamado oftalmólogo roquetero que posteriormente se trasladaría a Madrid. A él también debemos el crucificado que hoy se expone en la capilla lateral de la parroquia, adquirido en 1944 y presumiblemente llamado Cristo del Perdón. En cualquier caso, faltaba fundar una hermandad de la que siempre había carecido el municipio.

Los primeros intentos debemos buscarlos en 1956, cuando se intentó fundar una Cofradía del Santo Sepulcro. En una carta escrita por uno de sus fundadores, Francisco Estrella Pomares, a quien también debemos la fundación del Club Deportivo Roquetas en 1933, le comunica al citado Manuel Martín su nombramiento como Hermano Mayor Honorario. En agradecimiento por ello, regalaría la imagen titular del Cristo Yacente. Desgraciadamente esta hermandad no prosperó, aunque sí se sacaría en sucesivas ocasiones en procesión el Santo Sepulcro el Viernes Santo.

Cofradía de la Virgen de los Dolores

La primera fundación exitosa se la debemos a la Cofradía de la Virgen de los Dolores, que iniciaría sus pasos en 1988 a raíz de un grupo de seis familias, aprobando sus estatutos dos años más tarde. Sacaría por primera a la Virgen de los Dolores el Viernes Santo de 1991 en la procesión de la Soledad, en un trono todavía sin terminar. Esta imagen había sido encargada por un matrimonio roquetero en 1955 al valenciano Inocencio Cuesta López, en sustitución de la anterior talla de la Escuela Murciana que se quemó durante la Guerra Civil.

Cristo del Perdón en el Jueves Santo de 1997.
(Fuente: Archivo de la Cofradía de la Virgen de los Dolores)
Esta hermandad experimentó un crecimiento vertiginoso en el número de hermanos y penitentes. También aprovechó las imágenes existentes en la parroquia: el Cristo Yacente de la fallida hermandad del Santo Sepulcro saldría en los siguientes años el Viernes Santo, acompañado de la Virgen de los Dolores, mientras que el Cristo del Perdón lo haría el Jueves. Este último saldría por última vez en 1999, pues la cofradía había encargado a Luis Álvarez Duarte una nueva imagen: el Cristo en su Divina Misericordia, sin duda una de las mejores obras que existen en Roquetas.

Mención aparte merece el Nazareno, que procesionó por primera vez el Miércoles Santo de 1993; se trataría de la única imagen que podría ser anterior a la Guerra Civil, pues fue traído desde Pechina en los años 40. Nada más sabemos sobre su historia anterior. Permaneció abandonado desde entonces en la parroquia de Roquetas, con un cuerpo de madera que sería desechado; poco más que el torso y la cabeza quedaba de él cuando fue condenado a la destrucción, pero fue rescatado por Joaquín Ojeda, hermano mayor de la hermandad y procedente de una familia de carpinteros. Le realizó unas manos y pies que consolidó en una estructura con el torso y la cabeza, estado en el que ha permanecido hasta hoy.

Hermandad de la Expiración

Cristo de la Expiración en su primera procesión
el Martes Santo de 1999. (Fuente: Archivo de
la Hermandad del Cristo de la Expiración)
En 1994 se funda una segunda hermandad en la Iglesia de la Virgen del Rosario, la del Cristo de la Expiración, con la idea de realizar una estación penitencial basada en la austeridad y el silencio. La imagen titular se encargaría ese mismo año al imaginero Jesús Curquejo Murillo, aunque habría que esperar cuatro años para la aprobación de los estatutos del Cristo de la Expiración. Sería en 1999 cuando saldría por primera vez en procesión el Cristo de la Expiración en dirección a los salones parroquiales de San Juan Bautista de las 200 Viviendas, sobre las parihuelas que se observan en la imagen a las que precisamente retornará este año 2016.

La hermandad iría progresando a lo largo de los años, desplazándose al nuevo templo de San Juan tras su construcción y adquiriendo un nuevo trono en 2001. Lo haría siempre presidida por un silencio en sus procesiones que sólo era roto por el tronar de los tambores que tanto la caracterizan. La último incorporación de esta hermandad será en 2013 con la Virgen de las Lágrimas, única dolorosa arrodillada del municipio, que fue encargada al imaginero murciano Juan José Páez.

Para finalizar, restaría hablar de las otras hermandades de Semana Santa del municipio, como son la del Cristo de la Buena Muerte de El Parador y la de María Madre de la Iglesia de El Solanillo, que desarrollaremos en futuros artículos.


(Artículo escrito por Juan Miguel Galdeano Manzano y publicado en el Ideal de Roquetas, Vícar y La Mojonera en la edición mensual de marzo de 2016, en la sección «De Turaniana a Las Roquetas»)