Las lenguas clásicas pasan por malos momentos en la vecina Francia. La nueva reforma educativa propuesta por el gobierno de Hollande supone reducir notablemente el peso del griego y el latín en la enseñanza gala, en un afán por barrer con todo lo que no ofrezca beneficios a corto plazo.
La polémica propuesta convierte estas materias en una sola llamada «Cultura de la Antigüedad», acompañada de una grave reducción de horas lectivas y pérdida en la calidad educativa. Esta reforma también afecta a otras lenguas como el alemán, que ve mermada su presencia en las escuelas galas.
Pero los defensores de las lenguas clásicas no se quedaron con la boca cerrada. Así, el pasado sábado 10 de octubre las calles de París se llenaron de carteles en latín, diccionarios y profesores ataviados con togas y coronas de laurel, en una demostración de que estas lenguas sólo están «muertas» en la mente de los políticos franceses.
En el fondo resulta curioso cómo los gobiernos en sus reformas educativas siempre dirigen sus críticas hacia las Humanidades. Cualquiera diría que se trata de un simple desprecio hacia ellas, pero en el fondo el tema es más profundo. Ningún político intenta manipular las Matemáticas o influir en la asignatura de Inglés; pregúntense ahora cuántas veces no han intentado manejar a su antojo los temarios de Historia o Filosofía, aspectos en los que el Latín y el Griego tienen mucho que decir.
Quizás ese odio hacia las Humanidades es más bien miedo a lo que éstas enseñan, reacción que se deriva en acabar con un plumazo de ellas o, en su defecto, manipularlas para convertirlas en asépticas materias despojadas del espíritu crítico que las caracteriza.
Para terminar, aquí les dejamos una selección de los carteles que hemos podido ver en la manifestación:
No hay comentarios:
Publicar un comentario