Pocos saben que, gracias a la lucha del
Grupo Ecologista Mediterráneo, el paraje natural consiguió librarse
de los proyectos de urbanización de Roquetas y El Ejido
Los flamencos son uno de los mayores símbolos de Punta Entinas-Sabinar (Fuente: Blas Fuentes) |
Alguien pensará que debemos estar muy
agradecidos a nuestros políticos porque un buen día decidieron
proteger la naturaleza que hoy podemos disfrutar todos. Pero no se
equivoquen. Con vergonzosa frecuencia, los espacios naturales que
todavía se conservan se los debemos a aquellos ecologistas que se
levantaron y se opusieron a unos políticos que, más bien,
pretendían destruir el medio ambiente para construir sobre él. Es
el caso del Paraje Natural Punta Entinas-Sabinar.
Pongámonos en situación: Poniente
Almeriense, década de los 70. El entorno de Punta Entinas y Punta
Sabinar, de gran valor ecológico, en aquellos momentos no gozaba de
ningún tipo de protección. Como un sujeto mudo, se veía
temerosamente acorralado ante la expansión la Urbanización de
Roquetas, por el este, Almerimar, por el oeste, y los invernaderos,
por el norte.
Es muy visible el tajo en la arena que provocaban las extracciones ilegales (Fuente: GEM) |
El problema no era solamente que se
estaba expoliando el paraje, sino que se estaba destruyendo el
biotopo y arrancando toda la vegetación de sabinas y lentiscos que
habitaban sobre el terreno y sus dunas. Con la connivencia de la
Junta de Andalucía y los ayuntamientos de Roquetas y Dalías
(después El Ejido), estaban convirtiendo Punta Entinas en un páramo
desierto. Como remate final, estos consistorios pretendían edificar
todo el paraje bajo unos supuestos ideales de «desarrollo» y
«progreso».
«Contra los piratas de la arena, basta de expoliar Entinas». Concentración del GEM junto a las máquinas que extraían arena ilegalmente en Punta Entinas (Fuente: GEM) |
Como reacción, sería en 1977 cuando
varios almerienses preocupados por el medio ambiente fundaron el
Grupo Ecologista Mediterráneo (GEM), que se centró en Punta
Entinas-Sabinar por el gran riesgo que corría. Dos años más tarde,
el presidente del GEM, Pepe Rivera, presentaba un escrito ante
distintas administraciones pidiendo la conservación de la zona.
Gracias a esta movilización, en ese mismo año de 1979 la Comisión
Provincial de Urbanismo protegía de forma preventiva el paraje
natural esperando la resolución de las autoridades competentes,
paralizando así los intentos de construcción y prohibiendo las
extracciones de arena.
Sin embargo, seguían saliendo camiones
de arena de forma ilegal. Ya entonces se percataron los ecologistas
de que la desaparición de las dunas alisaba el terreno y le quitaba
todo su valor natural, predisponiéndolo para ser edificado. También
advirtieron que se estaba engañando a los agricultores que recibían
la arena, pues la del paraje era de peor calidad que la que podían
obtener de las playas.
«Aquí se atenta contra la naturaleza». Pancarta del Grupo Ecologista Mediterráneo contra la urbanización de Cerrillos (Fuente: GEM) |
¿Cómo reaccionaron las
administraciones? Gracias a las reivindicaciones ecologistas, en 1980
la Junta lo incluyó en el Catálogo Provincial de Espacios
Protegibles. Seguidamente, a los pocos meses el Ayuntamiento de
Dalías también se posicionó a favor de Punta Entinas-Sabinar. Pero
fallaba una tercera pata: el Ayuntamiento de Roquetas, gobernado
entonces por el PSOE, que pretendía urbanizar su porción de Punta
Entinas-Sabinar, la correspondiente a Cerrillos. Mientras tanto, la
oposición, liderada por Alianza Popular (antecesora del PP) no se
oponía a estos planes ni por ética ni por estética. Más aún, en
particular uno de sus concejales se mostraba especialmente interesado
en estos planes urbanísticos: Gabriel Amat.
Así nos lo revela la única voz
discordante de entonces: Francisco Rodríguez, concejal del PCA,
quien denunciaba los «intereses creados por parte de miembros de la
Corporación tales como el alcalde actual o el ex-alcalde Martínez
Romera, Amat Ayllón y Sánchez Reyes». Así, en un pleno del 83 el
concejal Amat, desde la oposición, presentaba una moción para
urbanizar Punta Entinas-Sabinar, que contó con el beneplácito del
PSOE, pese a que aquello era ilegal. Una de las sentencias de
Francisco Rodríguez no pudo ser más acertada en defensa del paraje:
«no se puede convertir el pueblo tan solo en un extenso muro de
hormigón de cara al turismo». Pero no sería la única vez en la
que se criticaría al concejal Amat, pues en el 87 el GEM llegó a
denunciarlo por «construir un invernadero en Punta Entinas».
La abandonada Torre de Cerrillos, uno de los símbolos de Punta Entinas-Sabirnar, en plena primavera (Fuente: Ayuntamiento de Roquetas) |
Como respuesta, se fueron sucediendo
las movilizaciones en favor de Punta Entinas-Sabinar y contra los
planes urbanísticos del Ayuntamiento, tal y como hizo el claustro de
profesores del Instituto Sabinar, que reclamaba «impedir que se
inicie cualquier actividad, especialmente la urbanización de un
espacio tan único». «Si siempre ganan los plásticos, el cemento y
el césped artificial, todos saldremos perdiendo», señalaría la
profesora Beatriz Guirao. Paralelamente, las extracciones de arena
continuaban, así que los ecologistas decidieron pasar a la acción
paralizando las máquinas y convocando concentraciones, que nos han
dejado fotografías tan ilustrativas como las que acompañan este
artículo.
Los planes urbanísticos seguían
adelante, tal y como proclamaba el alcalde socialista de Roquetas,
Juan Antonio Pérez Martínez: «Roquetas puede convertirse en la
Marbella de Almería»; por supuesto, a costa de destrozar la
naturaleza. Por suerte el Ayuntamiento de Roquetas sólo pudo
edificar en Playa Serena II, con el acuerdo de que serían
construcciones que con reducido impacto paisajístico. Hoy buena
parte de las parcelas de esta zona siguen sin construir, evidenciando
que no había ninguna necesidad de arrebatárselas al paraje natural.
Vista aérea de Punta Entinas-Sabinar (Fuente: Google Earth) |
Por fin, en 1989 Punta Entinas-Sabinar
fue declarado «Paraje Natural» por la Junta de Andalucía,
confiriéndole la categoría superior de «Reserva Natural» a uno de
sus sectores por su especial valor. Suponía la culminación de una
lucha que había sido liderada por el GEM, pero en la que también
colaboraron Colectivo Ecologista Sabinal, el Colectivo Ecologista
Gaviota, el Taller Aroldo, la Asociación Juvenil Cóndor y multitud
de roqueteros. Para conseguir esta meta, los ecologistas habían
dedicado su tiempo, su trabajo y prácticamente su vida a preservar
el paraje, cumpliendo una encomiable labor hoy silenciada,
desconocida por buena parte de los roqueteros.
Por suerte para la ciudadanía y por
desgracia para unos cuantos intereses privados, Roquetas nunca se
convirtió en esa Marbella almeriense que tanto deseaban algunos. No
obstante, hoy que tenemos un paraje protegido, debemos saber cuidarlo
y denunciar sus carencias, pues siguen siendo muchos los problemas
que sufre. No los señalaremos aquí, pues se nos agotan los
renglones para poder siquiera enumerarlos. Sí diremos que los
ecologistas que defendieron Punta Entinas-Sabinar sencillamente
defendieron el patrimonio natural de todos. Ejercieron la
responsabilidad de aquel que conoce el valor de un espacio y se
siente en la responsabilidad de ponerlo en conocimiento público para
su protección y disfrute comunitario.
Atardecer en Punta Entinas-Sabinar (Fuente: Blas Fuentes) |
(Artículo escrito por Juan Miguel Galdeano Manzano y publicado en el Ideal de Roquetas, Vícar y La Mojonera en la edición mensual de agosto de 2017, en la sección «De Turaniana a Las Roquetas»)